La educación es la base de la sociedad y de progreso. Proporciona las habilidades y conocimientos necesarios para prosperar, solucionar problemas, desarrollarse como persona, relacionarse, progresar económicamente, etc. La educación es una pieza esencial del ascensor social. Una sociedad que se preocupa por tener una educación inclusiva y de calidad hace la mejor apuesta posible por el futuro de sus miembros.
El impacto social de la formación online
Lo hemos visto durante la pandemia de manera muy clara. La formación online es una herramienta útil, en constante evolución, que permite que la educación sea más accesible para cualquier persona, independientemente de su situación. Esto es particularmente importante para colectivos que no pueden acceder a la educación presencial convencional; como son los que tienen dificultades de movilidad, viven muy lejos de los centros de formación o tienen recursos económicos limitados.
Las personas con problemas de movilidad se encuentran ante un problema de accesibilidad física a ciertos centros educativos. En muchas ocasiones, llegar hasta el destino, requiere mucho tiempo. Según el Informe Olivenza 2017, en España hay 1.774.800 personas con discapacidad en edad activa (edades comprendidas entre los 16 y los 64 años). De ellos, solo el 7% tiene estudios universitarios, comparado con el 19,9% de la población sin discapacidad. Según la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) en Iberoamérica hay alrededor de 70 millones de personas con discapacidad. Estas personas tienen mucha más probabilidad de quedar excluidas del acceso a servicios básicos como la educación debido a las barreras del entorno.
Las personas alejadas de los centros de formación, en especial las que viven en zonas rurales, se encuentran ante un problema de accesibilidad física debido a la distancia que deben recorrer para acudir a un centro educativo. Según datos del Ministerio de Educación, España cuenta con 83 universidades, pero la oferta se concentra en Madrid (14 centros, 16% del total), Cataluña (12, 14%) y Andalucía (11, 13%). Mientras que en ciertas comunidades la oferta es escasa. Por ejemplo, Castilla la Mancha, Extremadura o Asturias tan solo cuentan con una universidad cada una.
Las personas con escasos recursos se encuentran ante un problema de accesibilidad financiera. Principalmente, por la falta de recursos para costear la matrícula, los traslados o los costes de estancia durante el periodo de estudios. Según el INE, un 26,4% de la población en España está en riesgo de pobreza o exclusión social (tasa AROPE). El umbral empleado de pobreza se sitúa en los EUR 9.626 anuales por persona. Según CEPAL, el número de personas bajo el umbral de la pobreza en Iberoamérica ascendía a 209 millones a finales de 2020. 22 millones más que a cierre de 2019 (un 33,7% de la población).
Además, otros colectivos carecen del tiempo necesario para acudir a un centro educativo, como son las personas con horarios familiares o laborales incompatibles (personas que trabajan de noche, familias monoparentales, etc).
Una formación online se adaptará mejor a sus necesidades. No está limitada por la distancia, no conoce de horarios, tiene menor coste que la formación presencial y es mucho más accesible para quien tenga dificultades para moverse. La formación online es una solución efectiva para garantizar que un mayor número de personas tenga acceso a una buena educación. Principio del formulario
Esto es particularmente relevante para regiones de Hispanoamérica y África, donde se da una gran dispersión geográfica de la población, los accesos son deficientes y las universidades se encuentran concentradas en ciudades o áreas urbanas. Quienes viven en zonas rurales o menos desarrolladas, tienen muy difícil el acceso a la educación superior, clave del ascensor social y del desarrollo de estas poblaciones.
Tecnología para asegurar la calidad de la formación online
No obstante, la formación online tiene limitaciones. Precisamente por la distancia entre alumno y profesor, en ocasiones puede no ser fiable o no garantizar la calidad deseada. En particular, los expertos señalan la importancia de tener herramientas adecuadas para asegurar la calidad de la evaluación online a través de la evaluación con garantías, o “proctoring”. De otra forma, mengua la reputación y el prestigio de las formaciones online.
Como fondo de impacto, en el Fondo Bolsa Social creemos firmemente en el poder transformador de la educación como una herramienta clave para el desarrollo social. Por ello, en nuestro interés por promover una educación accesible y de calidad, hemos querido apostar por Smowl. Una plataforma tecnológica de servicios de proctoring que permiten verificar la identidad del estudiante con calidad y monitorear su comportamiento durante la evaluación. Con esta herramienta, se pueden prevenir fraudes y garantizar que el proceso de evaluación se lleve a cabo de manera justa y transparente. Así, los estudiantes y empleadores pueden sentirse seguros y confiados en la validez de las evaluaciones; y las instituciones educativas pueden garantizar una calidad educativa y reputación sólida.
Smowl se fundó en San Sebastián en 2012. El CEO, Ricardo Vea, psicólogo de formación. Trabajaba como Director de Recursos Humanos y vio una oportunidad en la tecnología para ayudar en el mundo de la formación a través de la ciberseguridad. En 2012 trabaja en la implementación de sistemas biométricos para simplificar el proceso de verificación de identidad. Y en 2018 comienza a desarrollarse Smowl tal y como hoy la conocemos. Desde entonces, la startup ha experimentado un gran crecimiento, pasando de facturar 85 mil euros en 2018 a facturar 1,6 millones de euros en 2022.
Creemos que la herramienta desarrollada por Smowl puede ser instrumental para que la formación online pueda desplegar de manera sistémica su capacidad de transformación y progreso social. Por eso hemos invertido en Smowl junto al fondo de impacto finlandés Sparkmind, especializado en el sector de la educación, que también ha visto como nosotros el potencial de impacto de la solución de Smowl.
Objetivos de impacto
Para comprobar el impacto de la empresa hemos definido con Smowl unos objetivos de impacto medioambiental y social que medimos periódicamente.
- El primer objetivo es fortalecer la calidad de la formación online, y lo medimos contando el número de estudiantes de formación online que han validado un título gracias a Smowl. En el año 2022, esta cifra asciende a 328.745 personas que validaron un título gracias a Smowl.
- El segundo objetivo es reducir el impacto medioambiental de los desplazamientos a los centros educativos o las empresas. Lo medimos mediante las emisiones de CO2 evitadas gracias a la realización de exámenes a distancia, por ejemplo, en 2022 se evitaron 2.084 toneladas de CO2.
- Y el tercer objetivo es mejorar la accesibilidad a la educación universitaria o corporativa, que medimos contando el número de estudiantes con dificultades de movilidad o económicas que han podido examinarse a distancia gracias a Smowl. Si unificamos ambas categorías, gracias a Smowl 766 personas con dificultades de movilidad o económicas pudieron acceder a una educación online de calidad en 2022.
Hemos apostado por Smowl porque nos gusta la solidez de su equipo, tiene una tecnología y solución diferencial, el mercado es enorme y su impacto es adicional. En concreto, se encuentra alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible número 1, fin de la pobreza, 4, educación de calidad, 10, reducción de las desigualdades y 13, acción por el clima.
El futuro de la educación pasa por garantizar una educación a distancia accesible para todos los colectivos y de calidad. Nuestra apuesta para contribuir a ese futuro es Smowl.
